La versatilidad narrativa en Teoría del caos I parte


**Por Emilia Fallas

Una definición de  la obra de Alexánder Obando hecha con la rigidez de una  etiqueta de género, tendencia literaria; o bien, asociada con la temática homoerótica y sexual  será siempre una caracterización disminuida y muy corta ante la pluralidad de su escritura. La fragmentación constante de los espacios, el tiempo y las historias se extienden más allá: hasta la significación, los estilos y a los recursos estéticos que el autor utiliza con tanta naturalidad narrativa.
Sus textos han sido circunscritos usualmente dentro de un movimiento del realismo sucio   (realismo grotesco) y a la  ciencia ficción; ambos movimientos  bajo los efectos de una tendencia de corte posmoderna.  Esta trayectoria característica —que, además, es absolutamente válida—, deja  casi invisibilizado —o en un plano secundario—,  un recurso estético que también ha estado presente siempre en su obra y que logra con gran maestría (aunque en Teoría del caos, lo usa menos): las imágenes y juegos surrealistas-oníricos y la incursión de elementos simbólicos. ¿Podríamos también hablar con certeza que recurre a un neosurrealismo o un surrealismo moderno o solo a imágenes surrealistas?, quizás sí hay un juego neosurrealista en varios de sus textos. Otro aspecto absolutamente bien logrado es  la fluidez y cuidado extremo con que su narrativa es construida y los enlaces discursivos tan finamente elaborados.
Esta amplia gama de elementos presentes en su  propuesta literaria hace que cualquier resumen de su obra quede incompleto, pues casi se puede aseverar que cada cuento, capítulo o poema de Obando merece un análisis particular por su amplia versatilidad constructiva y significaciones del discurso; obra siempre digna de una investigación más profunda. Tanto así, que se me ha dificultado seleccionar ¿qué escribo en un artículo?... No lo pude lograr, y haré el esfuerzo por escribir varias entradas en el blog (varios artículos) sobre aspectos específicos de los recursos mejor utilizados —basada, particularmente, en su nuevo libro de cuentos Teoría del caos—,  y también consciente que será imposible hablar de todo lo que podría ser analizado integralmente en toda su obra.
En esta primera entrada, interesa rescatar un primer recurso empleado por Obando, tanto en Teoría del caos, como en el resto de sus textos: el discurso polifónico perfectamente vinculado con esa versatilidad narrativa; y consecuentemente: un amplio dialogismo presente en los textos (sin excepción). Esta polifonía se presenta aquí tal y como Bajtín lo diría: un permanente diálogo vivo de un sujeto discursivo,  que entra en ese diálogo o dialogismo constante.
Menciona Analía Hernández (2012) que, dentro de la pragmática, “la polifonía concibe al emisor no como un sujeto hablante unitario (tal como lo concebía la lingüística tradicional), sino como un sujeto racional, capaz de producir y de interpretar intenciones comunicativas. El hablante, entonces, se desdobla y puede convocar distintas voces" (recuperado de http://analia-lenguayliteratura.blogspot.com/2012/04/polifonia.html).
Entendida la polifonía en ese proceso dialógico ampliamente comunicativo, toda la narrativa de Obando presenta con claridad esta característica y juega con las voces para comunicar múltiples temáticas, usualmente, también cargadas de erudición. Aún en sus expresiones más burdas o grotescas (juegos de lenguaje), la intencionalidad comunicativa y la construcción cuidadosa no dan margen a errores narrativos.
Para ejemplarizar este primer recurso, el cuento “Clavos de nueve pulgadas” expone con nitidez  esa polifonía. Este es un cuento que conjuga elementos grotescos asociados con el tema de la violación, pero  sobrepone una serie de voces que se manifiestan desde el sujeto discursivo presente de múltiples formas; por ejemplo, en la presentación de historias simultáneas, recursos, juegos de distintas perspectivas, extrapolación de la realidad en filmaciones cinematrográficas (en algunas de las fragmentaciones), perspectivas desde la realidad del sujeto discursivo, observaciones y cambios del discurso: una completa entropía de la narración lineal convertida en esas voces múltiples.
Ese sujeto discursivo tiene la capacidad de hacer cambios finamente enlazados: no se notan cortes abruptos.  Pasa de una voz grotesca a una sensible sin que haya ruptura del discurso; por ejemplo, hay una historia grotesca de tres hombres violando a una mujer e intercala esa escena grotesca con un fragmento que encierra una imagen finamente elaborada con un discurso sutil, sensible… sentido…
…Goyi se masturba viendo a la muchacha, Jaibo le recorre los senos y el pubis con las manos y la mirada, tres penes solitarios en medio de la noche rodeando una vagina dormida, un Magritte suburbano llamado “La raza blanca”, tres adolescentes con el sueño de ser Robin Hood o tal vez Peter Pan camino a la Tierra de Nunca Jamás; pero el olor de ella es penetrante, profundo musgo latino lleno de perlas doradas, mundo donde ella ya no sueña porque no siente, no siente porque no sueña; al terminar hoy la jornada iba para su casa en los suburbios en busca de un sueño más reparador que el que ahora tiene; mañana había pensado ir al mercado a comprar la comida que la casa necesita, comida para todos que poco a poco se va poniendo mala (pp. 100-101)
Inmediatamente entra una voz distinta:
“Suena el celular:
—Ya tenemos el regalo.
—Tuanis. Llevalo a la dirección que te di…” (p.101)

Luego sigue en otro tiempo de discurso sin sobresaltos.

También, en este mismo cuento pasa de escenas con una descripción realista a imágenes simbólicas (o de otro tipo más experiemental también) y juega perfectamente con todos los elementos y voces, haciendo honor a una red de relaciones de elementos que construyen el cuento. Por ejemplo,
         Siete de la mañana. Un perro blanco y otro gris están al pie de la escultura lamiendo el pozo que se ha formado en el suelo. La figura está clavada de manos y piernas contra un viejo roble. Es una imitación de crucifixión con todos los detalles incluidos: está desnuda y su cabello cae sobre su car como en las imágenes religiosas  [descripción desde la percepción realista] (…)
Los senos también han sido mutilados. La chapa del pezón izquierdo se ha insertado en un arete de clavo y luego clavado en la oreja izquierda, mientras que el derecho ha sido puesto de igual manera en la oreja derecha.
Por último, los ojos le fueron removidos. No con mucha pericia, pero sí con un cuchillo o escalpelo que ha hecho unos cortes muy finos. El ojo izquierdo ha sido introducido en el hueco dejado por el pezón izquierdo y luego cosido para que tan solo se vea el iris y el cristalino [Descripción grotesca desde la percepción realista que juega con una imagen  que asemeja casi una escena surrealista]

 La manifestación polifónica se presenta en los diferentes cuentos de Teoría del caos siempre con recursos diferentes y con muchas perspectivas distintas de la narracción. La utilización estética no puede verse como una constante repetitiva, ni en sus cuentos, ni en el resto de su obra, siempre hay juegos diferentes que llevan las distintas voces; aún cuando utilice temas y estilos recurrentes que ha utilizado también en sus novelas y poesía: las voces siempre comunican elementos distintos.

---Continúa en la próxima entrada: El intertexto y las contextualizaciones--


Comentarios

  1. El tema de la polifonía es sumamente interesante. La entrada de Analía enlazada arriba la explica como "citas", en donde el enunciador cita a otro enunciador. Claro está que no es la única manera de lograr polifonía: las múltiples personalidades de un mismo enunciador que llevan a cabo la emisión del mismo mensaje, o partes del mismo, pero por causas o con efectos diferentes. Una visión del mundo distinta que permita al espectador una descripción más allá de lo plano (3D o 4D ¿por qué no?).
    El narrador de los ejemplos escogidos arriba es un mero descriptor de hechos, que provee una visión "tal cual es" de lo que ocurre. Pero no es un narrador inocente: al describir tiene recursos para dar su propia opinión o variarla en el lector, sea utilizando palabras muy bien escogidas que causen algún efecto (irse a lo grotesco) o simplemente describiendo lo que el enunciador quiere que el receptor vea (ocultando otra realidad o mostrando solo una realidad parcial).
    En otros ejemplos (como cuando hay múltiples personajes parlantes) el efecto pareciera más directo (incluso discusiones sobre visiones contradictorias) sin que sea el recurso menos valioso.
    En general, la polifonía siento que es algo necesario en la literatura actual, entendiendo que lo analizable del cuento no es si la tiene o no, sino la calidad que la misma presenta.

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    1. Claro Guillermo, la polifonía tiene múltiples posibilidades para ser formulada. Anoto, esas que el cuento que he mencionado presenta. Si leés todo el cuento presenta una gran cantidad de voces. Y completamente de acuerdo, si algo tienen los narradores en los textos de Obando, es que para nada son inocentes. Todo tiene una intencionalidad perfectamente elaborada. También concuerdo, con la calidad de presentar la polifonía en un texto... Y eso no es para nada sencillo, pues si no se hace bien, parece un montón de asuntos sueltos. Es preciso lograr la unidad textual.

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  2. Emilia, con este nivel de profundidad de análisis. Si le dedicas igual atención a cada cuento, vas terminar dedicando el blog completo al libro de Alexánder. ;) A mí _Teoría del caos_ me impresionó por varias razones. Una de ellas es la conjugación de géneros literarios fronterizos: lo extraño, lo grotesco, lo maravilloso, lo fantástico y lo alucinatorio con (no en todos los casos, pero sí en muchos) un lenguaje oral, elegante, cuidado y MUY costarricense. Algunos cuentos ya son clásicos: Lontano, Madera de trolles...

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  3. Exacto, :-) hay tanto que decir de cada cuento y cada elemento que bien mencionás. Es impresionante. Esos clasicos que mencionás me encantaron. Veré como "resumo" jejeje.

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  4. De este libro conozco hasta ahora dos cuentos: "El último sueño de Jack London" y "Madera de troll". Ambos me gustan y me parecen muy buenos, sobre todo el primero. En próximos días espero entrarle de lleno a los demás.

    Saludos

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  5. El hecho de que en "Continuidad en los parques" no se digan los motivos de porque "se acaba esta vara" y que en "Mercando carne" no se especifique el tipo de carne que se encuentra a la venta se llama mesura: una lección por aprender para los jóvenes que se inician en la ciencia ficción y en lo fantástico.

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