Ojos de muertos: una novela para lectores suspicaces

** Por Emilia Fallas S.

Una muy grata sorpresa me dio la lectura del libro Ojos de muertos de Guillermo Fernández;  particularmente,  por ser una propuesta con muchos juegos en el plano narrativo y, con ello, logra hacer del lector un “detective” más, que brinca por los diversos acontecimientos y reflexiones para atrapar el hilo conductor y las respuestas a las múltiples provocaciones filosóficas que presenta el texto.
Esta novela se ha clasificado como policíaca o negra; sin embargo, creo que esas características se convierten solo en un recurso de la novela, pero no en el fin en sí mismo, pues ese recurso es únicamente un modo o reproducción del mejor logro de Ojos de muertos: una verdadera búsqueda de pistas y respuestas dentro de la fragmentación narrativa y la sobreposición de elementos. Asimismo,  utiliza varios recursos estilísticos y discursivos que se tejen e integran en los distintos niveles de la narración. De una manera muy sutil y fluida, la narración lleva al lector a pasar por distintos acontecimientos (destreza para ir de un acontecimiento al otro), casi sin que el lector perciba los momentos de ruptura del hilo narrativo, pues siempre estará motivado por el acontecimiento original. Aún cuando cambian los acontecimientos,  mantiene una fluidez narrativa dentro de la misma fragmentación  —excelentemente bien lograda—, y que, de alguna manera, se vuelve a integrar en el discurso. 
La novela experimenta con diversos recursos dentro de esa fragmentación narrativa que se convierten en puntos de apoyo y de ordenamiento discusivo. Menciono algunos de ellos:
a)     El absurdo como punto de partida: La obra inicia con un acontecimiento ridículo y absurdo (carente de sentido y opuesto a la razón): toda una gestión policíaca alrededor de acontecimientos ingenuos y risibles: un mordisco en la mano al presidente y un poema ¿escrito por niños?, ¿asociados con un acto terrorista?,  ¿acciones terroristas en Costa Rica?, ¿un poeta muerto escribiendo y vinculado con el terrorismo?

El concepto del absurdo, al estilo de Camus, indica  que la vida “significa” solo en la medida del valor que los seres humanos le den, si no, es insignificante, porque la vida se mueve en ciclos inútiles, movidos por la tradición.

De alguna manera este recurso, muy bien utilizado por Fernández, nos explica lo que encontraremos en la novela: una reflexión existencial sobre hechos y acciones que cobran significado según el valor que las personas (personajes y lectores) le dan; “matar por placer”, por ejemplo; o bien, el hombre que actúa inmerso en las circunstancias.

También, desde el punto de vista de la construcción de la novela, es una especie de “texto en el texto” que nos inicia en el juego narrativo: entender la discontinuidad y fragmentación del texto, desprovistos de  la percepción lógica y que permite la “investigación y suspicacia” para ser interpretada por lectores dinámicos,  con pensamiento reflexivo, a quienes la novela no les da “el plato servido”, sino que, para avanzar en la novela, deberán convertirse en una especie de “buscador de pistas y de respuestas”.

b)     El recurso de texto en el texto: los diferentes diálogos y reflexiones que provee la novela representan también “pistas” que nos dan respuestas sobre la interpretación del mismo texto y sobre las preguntas existenciales. Esta utilización discursiva es una de las mayores fortalezas de esta novela. Además, es un recurso ampliamente utilizado en todo el texto. 
       Un ejemplo que explica de alguna manera el tipo de lectura de la novela, así como una interpretación de la literatura y la poesía es un hermoso diálogo entre Pablo y Sara, una poeta:

ü  Texto en el texto respecto a los planos e interpretación literaria:

—Entiendo su recomendación, pero las tesis me pueden prejuiciar y solo voy a leerlas cuando tenga un juicio más sólido sobre lo  que usted escribe.
—Me parece inteligente. Usted quiere descubrir algo nuevo. Es inconforme, me gusta que lo sea.


—Quería expresarle que sus imágenes poéticas son muy simbólicas. Muy diferente a los que se escribe hoy,

—Mire, la vida no es lo que parece. Decir que las cosas son como son es lo que hace que la gente sea tan pobre. Siempre he creído que en este país la imaginación es como un gusano de ortiga. Nadie se le acerca. En cambio todo el mundo entiende el chiste de doble sentido. Esa es la poesía de muchos. Feas connotaciones sexuales, ofensas al negro y a la mujer, joda corrosiva a los adultos mayores. Ante lo exquisito todo el mundo aquí ríe con la boca hueca, sin dientes. Si la imaginación es plana, el espíritu también es chaparro. (p.158)

“—No había pensado m¨hijo, pero la poesía da para pensar eso: uno escribe y los demás rellenan los espacios vacíos,  como ahora m¨hijo…” (p.159).

        Otros fragmentos que utilizan texto en el texto nos remiten a diversas concepciones, algunos ejemplos son los siguientes:

ü  Texto en el texto sinónimo del acto creador:
         …pero la razón es mejor. He pensado que es mejor que ese poeta siga mordiendo,
                                      — ¿A qué te referís?
          —Me refiero a que si no hay quien muerde no hay sobresaltos, ¿me entendés?
          —Claro.
          —Si nadie muerde todo seguirá igual: el mundo cargado de mentirillas y unos pocos    viendo la payasada. (p. 252)
“—Los poetas quieren ser notorios. Buscarán la forma de establecer el nexo entre el poema y la mordedura real. ¿No se da cuenta? (P. 228)
ü  Referencia a los poetas:
“…Era solo un decadente. Un día me enseñó sus poemas, y claro que me gustaron. Dios se burla de los locos y les da talentos que no pueden controlar…” (p.244).
  Los artistas son los hombres más pedestres de la Tierra. Es mejor a veces un  trailero que un creador narcisista que solo gime como un niño malo porque amaneció vacío. Las que le aguanté a ese muso. Todas las torpezas del mundo, todas las egomanías. Lo cargué a veces a cuestas como un Atlas famélico. (p.160) 
c)     Provocación constante-propuesta filosófica: cada acontecimiento y diálogo presenta múltiples reflexiones alrededor de distintos conceptos, algunos de tipo universal (el amor, la muerte, la actuación humana entre lo moral, lo inevitable, etc.), otros sobre la misma sociedad y los enfrentamientos morales o existenciales individuales (los deseos reprimidos, por ejemplo).

d)     Contextualizaciones: el texto también se vale de “explicarse” a partir de intertextos y contextualizaciones, por ejemplo,

·         El verdadero Barba Azul de Bataille: la utilización de este referente (en distintas partes del libro), contextualiza uno de los conceptos ejes en Ojos de muertos: la justificación y el placer de hacer daño y matar; “placer en la agonía”.

·         Hay una relación contextual entre el poeta muerto (Honorio Méndez) y   la vida del poeta David Maradiaga: el poeta muerto que sigue escribiendo, y de alguna manera reproduciéndose a través de sus adeptos que se reúnen en San Pedro. Esta contextualización provee múltiples reflexiones alrededor del quehacer del poeta (escritor) y de su producto —la poesía—.  Estas reflexiones están muy bien logradas en los diálogos alrededor de las “investigaciones” que se hacen sobre el poeta muerto.

·         El referente de la guerra de Irak y la relación que tuvo el gobierno de Abel Pacheco (Joel Agüero). Contexto que da pie a la provocación de la trama y persecución de respuesta a partir del absurdo como un elemento de ficción.  Como una representación de un amplio abordaje de todos los personajes y los lectores buscando respuestas para entender el sin sentido.

·         Asimismo, el texto hace alusiones a otros textos y autores, por ejemplo, Teseo y Ariadna en la relación de la dualidad apoyo/ abandono (soledad) de la pareja, así como otros referentes que se mezclan en el texto con intenciones conceptuales claras (Verlaine, Darío, Poe, Marx, etc.).

e)      El recurso del doble funciona como el espejo de los deseos escondidos o evidencia las frustraciones: en algunos de los diálogos la misma dualidad existencial hace que “el otro” represente la confrontación consigo mismo, y funge así como una especie de utilización del recurso del “doble”.  En otros casos, los personajes juegan el alter ego en una dualidad entre su actuación real y sus deseos ocultos.  Igual funge como una confrontación con su doble cara.  Algunos ejemplos son Ananías/ Pablo (inicios de la escritura/creación poética del escritor), Guido/Pablo (una especie de espejo respecto la soledad que provoca el distanciamiento con la pareja, así como una confrontación con la frustración profesional), Mosco/Draculín (la doble cara), madre de Pablo/padre de Pablo (funge como la conciencia), Javier/Pablo (el sueño agónico).

       Ojos de muertos finalmente deja su estilo policíaco, su linealidad e incluso sus desenlaces en un plano menos relevante quizás que la importancia que tiene la construcción ficcional y la utilización de recursos.  Aquí el estilo policíaco es su antítesis: un juego detrás de entender el sinsentido y las preguntas humanas. La linealidad: no es importante, interesa más la provocación filosófica en los distintos momentos que provee el texto. Los desenlaces: tampoco son lo relevante: interesan más los momentos específicos y los motivos que los provocan.

      Sin duda, Ojos de muertos es una novela madura, para lectores maduros y deja una flor en el ojal de nuestra nueva literatura costarricense.

Comentarios

  1. Tuve mis problemas con esta última novela de Guillermo Fernández, pero recomiendo vehementemente la lectura del capítulo XIII, sencillamente una joya!

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    1. Yo lo que creo es que no hay que leerla en forma plana. El absurdo es un eje y tiene una intencionalidad, a la vez. Los diálogos y reflexiones, no pueden ser interpretadas textualmente. Son puntos de interpretación de otros asuntos. Como lector hay que jugar con eso. Gracias German y bienvenido al blog.

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  2. Yo la terminé de leer recientemente. Y me ha parecido que está sumamente bien lograda y bien sustanciosa para los análisis. La intertextualidad, cierta ruptura con el realismo (estoy completamente de acuerdo con Germán en la importancia de ese capítulo XIII), el juego de "pares": yo-otro (Rodolfo/Padre de Pablo, en cuanto a sus sueños con la muerte; Draculín/Pablo, el deseo de matar reprimido-el deseo de matar libre; entre otros...). Y ni qué decir de la teorización implícita sobre el poeta y el acto creador. Tengo que decir que me entraron ganas de estrenar mi blog con un comentario sobre ella. Saludos a ambos.

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    1. Gracias Byron, Aquí anoté apenas unos puntos muy generales, pero es un libro del que se pueden analizar muchos puntos concretos. Da para mucho. Una propuesta muy interesante y bien lograda como vos decís. Saludos.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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